Cada año, en lo alto de los cerros que rodean Cusco, se celebra una de las festividades más emblemáticas y menos conocidas del calendario andino: la Cruz Velacuy. Esta ceremonia, profundamente simbólica, es un puente entre la cosmovisión ancestral de los Andes y las tradiciones cristianas traídas por los colonizadores españoles.
🌿 ¿Qué es la Cruz Velacuy?
“Velacuy” viene del quechua y significa “velar” o “hacer vigilia”. Así, Cruz Velacuy es literalmente la velada de la cruz. Se celebra cada año el 3 de mayo, coincidiendo con el Día de la Santa Cruz en el calendario católico. Sin embargo, en Cusco y otras regiones andinas, esta fecha adquiere un significado único: es el momento de reconectar con la tierra, los apus (espíritus de las montañas) y los antepasados.
🔥 Ritos al amanecer
La noche anterior, las familias o comunidades suben a las cimas donde se encuentran cruces protectoras, ubicadas en cerros o lugares sagrados. Ahí se realiza una vigilia llena de ofrendas, velas, música tradicional y danzas. Se le pide a la cruz protección, lluvias favorables, salud y buenas cosechas.
Lo andino y lo cristiano se entrelazan: las cruces están decoradas con flores, hojas de coca, banderas multicolores (wiphala) y a veces incluso elementos católicos como rosarios o imágenes de santos. Al amanecer, con los primeros rayos del sol, la comunidad celebra con fogatas, comida compartida y bailes.
✨ Un acto de sincretismo cultural
Cruz Velacuy no es solo una ceremonia religiosa, es también una reafirmación de identidad y resistencia cultural. Desde tiempos coloniales, los pueblos andinos adaptaron el culto a la cruz al paisaje espiritual propio, generando un sincretismo que aún late en cada cerro del Cusco.
📍 ¿Dónde vivirlo?
Los cerros como Pachatusan, Sacsayhuamán, Cerro Picol y otros puntos sagrados alrededor del Cusco son escenarios clásicos de esta ceremonia. Si estás en Cusco en mayo, es una oportunidad única de experimentar la espiritualidad viva de los Andes.